Efectos adversos de la MDMA:
Como cualquier otro fármaco, la MDMA tiene efectos secundarios o adversos relativamente comunes. Los más frecuentes son:
- Vómitos, mareo, nerviosismo y ansiedad (sobre todo al inicio de los efectos)
- Sequedad de boca y tensión de la mandíbula
- Pérdida de apetito
- Distorsiones visuales
- Nistagmo (movimiento ocular involuntario)
- Aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial
Sin embargo, no todos estos efectos ocurren en todas las personas, y la dosis y la frecuencia son factores determinantes. Algunas personas pueden ser más propensas a estos efectos negativos que otras.
Efectos tóxicos de la MDMA:
Los efectos tóxicos son los que implican riesgo importante para la salud. Por suerte, son extraordinariamente infrecuentes o bien sólo aparecen al utilizar dosis masivas.
Hipertermia
La hipertermia es un efecto secundario grave pero poco común que es más probable que ocurra en espacios llenos de gente, durante una actividad física intensa como bailar y cuando no se mantiene una hidratación adecuada. Implica una pérdida de control del organismo de la capacidad de regular la temperatura. Desde un punto de vista estadístico es extraordinariamente infrecuente.
Hiponatremia
La hiponatremia es un descenso brusco e importante en los niveles de sodio en el organismo. Está causado por una ingesta excesiva de agua (de varios litros en pocas horas). Se cree que el efecto de la MDMA sobre una hormona del cuerpo (hormona antidiurética) facilita este problema. Aparece con más frecuencia en mujeres jóvenes. Puede llegar a causar la muerte por edema cerebral.
Neurotoxicidad
Estudios en animales han mostrado una pérdida significativa de terminales serotoninérgicos tras la exposición a dosis altas de MDMA, sugiriendo un riesgo de daño cerebral a largo plazo. Sin embargo, la extrapolación directa de estos resultados a humanos es complicada por las diferencias en metabolismo, dosis y patrones de uso.
Tras cuarenta años de uso recreativo no existen pruebas de que el uso de MDMA produzca neurotoxicidad con relevancia clínica en humanos. Si hay estudios que sugieren que el uso frecuente y a altas dosis de MDMA podría asociarse con cambios neurocognitivos y emocionales.
Problemas cardiovasculares:
La MDMA aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial, por lo que aquellas personas con enfermedades cardíacas o hipertensión deben tener precaución al usarla.
Tolerancia crónica
La regla general para el uso de MDMA es «Menos es más». Consumir con poca frecuencia evita la «pérdida de la magia» Los efectos secundarios negativos y las consecuencias a largo plazo disminuyen y la experiencia se vuelve más placentera si hay más tiempo entre dosis.
Se estima que consumir MDMA más de una vez al mes puede resultar excesivo. Moderar su uso es la clave para experimentar plenamente sus efectos y prevenir consecuencias a largo plazo.
Adulteración:
La fiscalización de la MDMA tiene como consecuencia que su producción y distribución esté en manos de redes criminales. La pureza y contenido del producto no está garantizada.
La presentación en pastillas tiene la ventaja de dificultar la adulteración. Pero hay una variabilidad importante en el contenido de las pastillas. El logo de una pastilla no es indicativo de su pureza o concentración (pueden existir partidas con concentraciones distintas y un logo idéntico). Desde 2020 la tendencia en el mercado es la de producir pastillas con contenido muy elevado (hay pastillas con 200-250 mg, el doble de la dosis recomendable)
La presentación en cristal facilita la adulteración. Es posible añadir sustancias con un color y consistencia similares a los del cristal de MDMA.
Reducción de riesgos
Para evitar los riesgos asociados a la hipertermia/ hiponatremia se recomienda hacer pausas en el baile, reponer líquidos (con agua, zumos o bebidas isotónicas, con moderación, alrededor de medio litro por hora para actividad física intensa y menos para descansar). Evitar o limitar el alcohol, ya que aumenta la deshidratación y el calor corporal.
La moderación y el sentido común deberían guiar la ingesta de líquidos, en lugar de contar cantidades exactas.
Los ensayos clínicos con MDMA en humanos suelen utilizar dosis en torno a 120-150 mg en una primera toma seguido de un suplemento del 50% de esta dosis unas dos horas después. Dosis y frecuencias mayores no incrementan los efectos placenteros o deseados y multiplican el riesgo de efectos adversos y problemas
Utilizar kits de prueba como Marquis, Mecke, o Mandelin para identificar la presencia de MDMA y detectar sustancias comunes de adulteración. Estos kits reaccionan cambiando de color al entrar en contacto con diferentes sustancias, pero tienen limitaciones: no pueden determinar la pureza ni identificar todas las posibles adulteraciones.