¿Hay algo que un consumidor pueda hacer para evitar la cistopatía por ketamina? ¿Existe alguna manera de mantener la vejiga lo más saludable posible además de limitar y espaciar obviamente su uso?

Publicado originalmente en SR 2.0. Revisado el 20/4/22

El síndrome de la vejiga con ketamina es una afección poco común pero grave que puede resultar del uso intensivo y prolongado de ketamina.

Los síntomas de la afección incluyen micción frecuente, dolor al orinar, sangre en la orina y urgencia.

La causa exacta de la afección no se comprende completamente, pero se cree que involucra los efectos tóxicos de la ketamina y sus metabolitos en los tejidos de la vejiga y el tracto urinario, lo que provoca inflamación, fibrosis y cicatrices.

Los efectos tóxicos de la ketamina en las células de la vejiga provocan estrés oxidativo y muerte celular. La exposición crónica a la ketamina puede causar inflamación, fibrosis y reducción del flujo sanguíneo a la vejiga.

Si se suspende el uso de ketamina a tiempo, la afección puede ser reversible. Pero en casos graves, puede ser necesaria una intervención quirúrgica, como la extirpación de la vejiga.

El tratamiento puede incluir alivio del dolor, reentrenamiento de la vejiga y medicamentos para reducir la inflamación y los síntomas urinarios.

La ketamina tiene un alto potencial de abuso y adicción. Por lo tanto, las personas que consumen ketamina con regularidad y en dosis altas tienen un mayor riesgo de desarrollar síndrome de vejiga de ketamina y otros problemas de salud graves.

Sólo hay unos pocos casos de vejiga de ketamina en consumidores no intensivos de ketamina. La mayoría de ellos son personas dependientes que consumen varios gramos al día. Por tanto, limitar y espaciar el uso parece ser una estrategia muy útil.

Existen otras medidas, aunque su eficacia es teórica y no está basada en evidencias. Beber suficiente agua mientras toma K y un día después podría ayudar a mantener la vejiga más limpia.

Así, es posible que un simple análisis de orina pueda detectar los primeros síntomas (sangre microscópica y otras alteraciones). Probablemente, los usuarios muy frecuentes deban realizarse un simple análisis de orina para descartar problemas, y acudir al médico si presentan síntomas urinarios.

Parece probable que los derivados de la ketamina como la metoxetamina impliquen riesgos similares.